Recibir una oferta de trabajo puede sentirse como un peso sobre tus hombros, especialmente si has estado en el mercado laboral durante mucho tiempo. Pero, esto no significa que sea el mejor trabajo para ti o que estés recibiendo un salario que valga tu tiempo y esfuerzo. Antes de rechazar o aceptar cualquier oferta, siempre debes mirar la industria actual y si hay espacio para crecer en el futuro.
Los factores que pueden influir en tu decisión incluyen: el salario en sí, las prestaciones (seguro médico, días de licencia, días de enfermedad, etc.), el período de prueba y la descripción del puesto.
La mayoría de los candidatos a menudo no negocian su oferta, lo que puede resultar un error. Es recomendable que cuestiones algunos aspectos de la oferta con los que no estás satisfecho o crees que se pueden mejorar. Algunos errores que cometen los candidatos son:
1. Asentamiento
Las ofertas de trabajo no aparecen con frecuencia, por lo que a menudo nos apresuramos a aprovechar la oportunidad de aceptar cualquier trabajo. Esto no significa que sea la decisión correcta para ti. La mayoría de los candidatos no negocian su oferta, pero si te ofrecen un salario menor de lo que crees que te mereces o que vales, es aceptable negociar.
Aceptar de inmediato puede generar problemas en el futuro. Puedes comenzar a resentir a tu empleador, comenzar a sentir aversión por tu trabajo y pasar tus días deseando poder seguir adelante.
2. Revelar tu salario ideal
En la mayoría de las entrevistas, el entrevistador te preguntará cuánto te gustaría ganar en el trabajo. Aunque suele ser difícil evitar responder a esta pregunta, siempre es mejor no comprometerse en la respuesta. Si les dices en la primera entrevista lo que esperas ganar, generalmente no hay mucho espacio para la negociación. Planea con anticipación para abordar esta pregunta con precaución.
3. Aceptar la oferta de trabajo demasiado rápido
El proceso de entrevista a menudo puede tardar semanas en completarse, por lo que cuando recibes esa llamada telefónica para anunciar que tienes el trabajo, a menudo es fácil saltar a él. La mayoría de los lugares te darán unos días o una semana para pensar en la oferta, así que tómate este tiempo para pensarlo realmente. La pelota está en tu tejado y puedes contemplar si el trabajo es el movimiento correcto para ti, ya sea que se base en el salario o en el trabajo en sí. En este tiempo puedes decidir si quieres negociar la oferta y cómo vas a hacerlo.
4. Solicitar demasiados cambios
Si estás listo para aceptar el trabajo y te ve trabajando en la empresa durante mucho tiempo, es posible que desees negociar algunos aspectos de la oferta. Eso no significa que puedas cuestionar todo en el contrato, sino que eliges tus batallas y seleccionas los puntos más importantes.
Exigir demasiado puede significar problemas a los ojos del empleador.
5. No pedir una oferta de trabajo por escrito
Cada oferta de trabajo debe documentarse por escrito y la mayoría de los empleadores no tendrán problemas para redactar un contrato formal. Si la empresa se niega a hacer esto y, en cambio, quiere un acuerdo verbal, deberías verlo como una señal de alerta.
Puede ser emocionante conseguir el trabajo de tus sueños, recuerda que no hay nada de malo en negociar el contrato. Al final, todo se reduce a cómo abordas la situación, sin dejar de ser profesional y amable pero firme.